Quitate de la puerta
angustia
liberame de este sentir
el vacío de la mirada
que me daba la luz
Ábreme el mar
para bañarme en el
quitándome
esta melancolía
que ata mis manos
sin dejarme nadar
en su cuerpo.
No apagues las llamas
del fuego niño
deja crepitar el tronco
porque me atíere el frío
de esta ausencia
lejos sus ojos de los míos.
Mabel Escribano Usero
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