No miro atrás
llevo encima mi pasado
la maleta de mi piel
guarda los trajes
que ya no uso
que no me caben
que pasaron de moda.
No miro atrás
porque tengo dentro
lo que me dieron
lo restado
las faltas
los abusos
las mentiras
las verdades a medias
las medias horas
de castigo en el patio
las décadas de soledad
en el pupitre
donde sólo aprendí
a llorar las ausencias.
No renuncio a nada
me renunciaron
me apartaron del río de la vida
y caminé buscándolo
en direcciones contrarias.
El mar estaba lejos
y yo
respiraba agitada
la subida a una montaña.
Estériles esfuerzos
caer
levantarse
sudar
tener frío
intentar encender
el fuego del amor
con un pedernal
húmedo.
No renuncio
tiemblo el esfuerzo
es mi vida
ahí está todo
que es tanto como decir
la nada aparente.
La sonrisa tímida
colgada de una esperanza
allí arriba
donde me espera
el nacimiento
del manantial de su boca.
Mabel Escribano
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